Despues leer de Altazor. De Vicente Huidobro
Insomnio, cascada que
cae sobre en mi con mil
pequeños movimientos
incesante incansable.
Las palabras corrientes
me arrastran entonces tan
borrosas en el barro
de un río bravo y giran
giran y giran. Gritan en mi
oído cual zumbidos de
mosquitos en el aire.
Y una lejanía que
es un laberinto de hielo
de madrugada, son de
cristales en los cristales
aleteos del pensar
apago y prendo la luz
el sonido pegado
a la muy enmarañada
secuencia de palabras
serpenteantes, luz echada
de las invisibles formas
del mundo.
Oh musas de la noche
de este frío vengan acá
conmigo.
Oh seres espejados
del cielo vengan
a derretir el hielo de
lágrimas cristales que
no deslizan más
Oh mágicos seres
de tiempos inmóviles
traigan el calor de
mil soles condensados
a mi pecho brumoso
que es esa avenida vacía
chirriante de neones
rojos, verdes y azules
por los que pasea el alma
en busca de un amor.
Cristales rotos caídos
caireles rodando en
la alfombra roja de un
hotel abandonado
como todos los hoteles
que no se convirtieron
en lugares hospitalarios
y no es que hayan
mal recibido a sus huéspedes
es que los hospedajes
pasaron al rubro sanitario.
No más viajes
No más fiestas
No más rituales
No más gresca
No más conversaciones
No más pataletas
No más vueltas
No más cafés, mates
Ni revueltas
Ni manifestaciones
Ni celebraciones
Ni funerales ni
Parques de diversiones
Clubes y piletas
No más transporte público
No más reuniones
Clases presenciales
Ni cenas ni meriendas
Ni procesiones ni ferias
No mas vacaciones
Ni tiempo libre ni del todo
ocupado no mas distracciones
no mas centro... ahora todo
solo es trabajo, dispersión
desazón, encierro.
Pájaros venidos del
trópico en llamas
rumio mientras cuento
las sílabas saladas de
las lágrimas que calman
la violencia de ese sol caído
desde afuera miro las luces
de una fiesta cambiar del
blanco al rojo del verde al azul
y cambiar de ritmos que yo
dejo pasar. No hay orgullo
en la incapacidad de accionar.
el silencio detiene
la ciudad en la
noche congelada
bajo el hechizo del mal
¿dónde están las caravanas
los calaveras, las Cleopatras
dónde están los esquineros
los bulliciosos los fiesteros?
si el invierno es tan invierno
y tan profundo el tiritar por
un miedo que muta y muta
y mutea, y tapa bocas
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